El
Sol ha aportado enseñanzas instructivas a las almas. El corazón de la Jerarquía
Solar sintoniza con las verdaderas necesidades del Alma de la Humanidad.
El
aporte de los Seres que integramos la Jerarquía Planetaria o Gran Hermandad en
Gaia es ofrecido a través de un gran Plan de Servicio para favorecer los
procesos y progresos evolutivos de cada reino de vida. El reino humano cuenta
tan solo como uno de esos ‘reinos de vida’, pero el Plan Evolutivo Terrestre
considera muy variados aspectos y aéreas en al servicio.
Habitualmente
los estudiantes centran sus estudios,
atención e interés en ‘la fase humana’ del progreso espiritual, y olvidan de
esa manera la amplitud y grandiosidad del Plan Evolutivo, donde, como se dijo,
el ser humano es tan solo un esquema más de los tantos (aunque muy importante,
por supuesto).
Nuestra
intención en esta transmisión es dar una idea más abarcativa del Plan Divino
(en cuanto a la diversidad y amplitud los reinos de vida) para que los estudiantes sepan que “sus hermanos” de
otros reinos vivientes son tan importantes como ellos, y que merecen ser
considerados “almas sagradas” también.
Cuando
se habla de “Hermandad” o “Fraternidad”, habitualmente los estudiantes se representan en sus mentes una vinculación armoniosa
y pacífica entre seres humanos, de todas las razas, sin distinciones
separatistas de ningún tipo: ‘hermandad
del hombre con el hombre’, se diría. Pero rara vez se ve a algún estudiante representarse en su mente a
“La Hermandad” incluyendo en sus imágenes e ideas mentales a los minerales, a
los espíritus de la naturaleza (elementales), a las diferentes especies de vida
vegetal, a todos los animales existentes, y a los Devas y Ángeles incluidos.
Cuando vemos a un estudiante con
estas ideas, las cuales se han transformado en un “sentir”, sabemos que ya
vibra en él la conciencia de unidad, porque…:
Hermandad
es Conciencia de Unidad
y
se traduce en el “sentir”, reflejándose en el actuar.
Quien
vive y siente esta Unidad y Hermandad con todos y con cada uno de los reinos de
vida existentes (visibles e invisibles) siente y actúa con RESPETO hacia toda
vida. Sabe que todo está evolucionando, que todo es sagrado, y por lo tanto
usufructúa de los reinos de vida solo lo que necesita, ni más ni menos; lo toma
con amor y cuidado, y con un permanente sentimiento de gratitud en su interior.
Quien
en cambio, toma “por arrebato”, con actitud predatoria, o para satisfacer un
egocéntrico gusto personal sin considerar ni respetar a la vida que es tomada,
sea cual fuere la situación, no está vibrando en la HERMANDAD.
La
Hermandad exige sacrificios del ego personal,
Obliga
a relegar gustos y hábitos por el bien del prójimo.
“El
prójimo” no es tan solo el ser humano, sino toda entidad viviente. El prójimo
es “el semejante”, pero no entendido como ‘especies biológicas semejantes’,
sino como “almas semejantes”; y puesto que “alma” es “vida”, entonces todas las
almas, de todos los reinos, son hermanas y “semejantes” al compartir la misma
Esencia Universal, porque pertenecen a
la Vida Una.
Quien no sabe de estas simples y básicas reglas de “la vida
fraternal universal” no puede ser considerado ‘alma iluminada’, siendo todavía
un alma confundida, en busca de Luz. Decimos esto porque vemos a muchos estudiantes muy entusiasmados con
ideales espirituales y abocados al estudio, e inclusive a la difusión y
enseñanza de temas metafísicos, “espirituales”, esotéricos, etc., que aún no
saben ni siquiera relegar hábitos nocivos de sus conductas que están
perjudicando la vida de hermanos menores de reinos infrahumanos (reinos inferiores al
humano en la cadena evolutiva). Un típico caso, (que a esta altura seguramente ya se le
pudo presentar a más de un lector en su mente), es el tema de la dieta
alimenticia del hombre. No ahondaremos en este punto que bien conocido es por
el interesado, y por que ya muchos aportes tiene este tema por parte de muchos
estudiantes en todo el mundo. Solo diremos que no puede considerarse
“discípulo” de la Vida a aquel peregrino que aún no ha sabido respetar la vida
del reino animal, el cual puja por tener la oportunidad de crecer y evolucionar
el tiempo suficiente en los vehículos materiales correspondientes a cada
especie, lo cual no consiguen, por ser sometidos al exterminio por “la sed de
sangre” de los hombres aún “dormidos”.
Aquí,
la palabra “dormido” se relaciona al tema que nos ocupa; por lo tanto un ser humano “dormido” es quien no ve ni
siente la Gran Hermandad de todos los reinos, y que toma por arrebato y/o
movido por “kama” (deseo) lo que le place, creyendo que el derecho lo asiste.
Un ser “despierto”, en cambio, es un ser
sensible a la Unidad de la Vida, “respetuoso
de corazón” (no por hábito cultural) de todas las entidades vivientes, y que
toma lo que precisa con consciencia y gratitud.
Un ser “despierto”
considera que el derecho a la vida es de todas las criaturas vivientes, y no
del ser humano por encima de otras especies. No obstante, conoce la “Ley de Sacrificio”, por la cual todas
las especies vivientes ceden de ‘sí mismas’ para favorecer la subsistencia de
otras, estando todo esto dentro de una “Ley
de Equilibrio de las especies” y de la “Ley
de Armonía Universal”.
(Tal equilibrio se rompe o altera
cuando entra en la ecuación evolutiva el “ego-centrismo” humano, hasta que el
Alma supera ese oscuro estado y vuelve a la Unidad en forma ‘consciente’,
rearmonizándose con ‘El Todo’).
Vemos
la confusión en la que los novatos estudiantes
incurren al intentar justificar sus inconscientes e incongruentes acciones
egoístas diciendo que “los vegetales
también son vida”…, y creyendo que con ese infantil e irreflexivo argumento
pueden justificar sus costumbres alimenticias necrófagas. No vamos a entrar en explicaciones precisas
sobre este tema, porque sería en vano. Tales almas, aún confundidas, no desean
escuchar ni aprender en realidad, ya que creen que “la razón las asiste”,
quedando así, en sus actitudes, la nobilísima facultad de ‘la razón’ reducida a
muy poca cosa… La verdadera facultad de LA RAZÓN conduce al hombre que sabe
emplearla mucho más allá de sus mezquinos argumentos limitados por espejismos y
deseos.
Existen sobrados
argumentos de por qué la dieta alimenticia humana debe evitar la ingesta de
carne animal; pero los que están dominados por sus hábitos ‘kámicos’ (‘kama’: deseo) no están interesados por conocer la
verdad, sino en proseguir con sus vidas tal como son, sin cambio alguno.
Muy lejos de la Conciencia de Unidad se
halla quien no se compadece de la sufriente vida animal, al no considerarla ni
en sentimiento ni en acción, como parte de “LA HERMANDAD”.
Muchas
de tales confundidas almas son también “estudiantes” de la vida, que están
aprendiendo, por lo tanto señalamos el error, pero sin condenar. Solo lo
decimos para que podáis pasar del estado del “sueño” insensible, al estado de
“vigilia espiritual” o “consciencia de unidad consciente”, y podáis descubrir
la secreta interrelación de todas las cosas y seres en el Mar de la Vida Una.
Cuando el peregrino descubre esta secreta unidad invisible e indivisible,
comienza a VER con los ojos del corazón,
y descubre lo que antes no veía…
Este
descubrimiento debe necesariamente notarse en un cambio de vida, de costumbres,
de hábitos, en tomar la vida con otra actitud, con una atmósfera interna más amigable
hacia todos los seres, hacia todos los reinos de vida: el infrahumano (reinos
menores), el humano y el suprahumano (reinos superiores al hombre). El
sentimiento y la actitud debe ser amigable y fraternal con todos por igual, y
debe brotar desde el sello auténtico del corazón.
Sin
este cambio, que comienza en el corazón, el área del sentir intuitivo, la
Verdad no llega. Pero cuando llega ese “sentir”, todo en la vida interna del
estudiante cambia, todo se remueve y se ‘sacude’, y deja de ser “quien era”, un
ego personal aislado e insensible, para convertirse en una “persona
espiritual”, porque ha roto con el “cascarón egocéntrico” y ha nacido a LA
UNIDAD.
Todo este proceso es iniciático, de
“alquimia de la conciencia” y repercute en “el sentir”. No debe el estudiante
confundir “el sentir”, que trata del desarrollo de la sensibilidad y de la
sensitividad, con “emocionalidad”. Son cosas diferentes, y hasta opuestas, ya
que las emociones mecánicas, que provienen en su mayoría del cerebro reactivo,
insensibilizan al hombre.
Todo el camino es pues, interno; la
metamorfosis del ‘cambio’ ocurre en LA CONCIENCIA, y se traduce en “una
revolución del sentir”.
Mientras
tal revolución no existe todavía, podréis poseer muy dignos ideales de vida y
muchos estudios y erudición, pero vacíos de “La Viviente Verdad” estaréis.
El
Sendero es el camino interno que lleva a esa “REVOLUCIÓN INTERIOR”. Es un
camino de “muerte”, de muerte del yo psicológico. En este Sendero están ya
muchos estudiantes, mientras que otros, creyendo que están en él, aún no han
entrado por La Puerta.
En
vuestras deciciones y acciones está la verdad.
Para Nosotros la visión es
clara…
Revise
cada estudiante su propia vida, sus actitudes y su sentir.
Este
es nuestro consejo en esta oportunidad.
HERMANOS
SOLARES
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